''El té es una bebida que nos acerca a la naturaleza y nos aleja del ruido de la vida cotidiana'' - Okakura Kakuzo

El té y las mujeres.

El té se extendió en Occidente recién en el siglo XVII de la mano de los comerciantes Holandeses. Sin embargo, recién en el siglo XVIII se expandió en todo el Reino Unido.

A comienzos del siglo XVIII existían en Londres gran cantidad de cafés, estos no eran lugares seguros para las mujeres, de tal forma que la casa Twinings observo la presencia de una nueva clientela y comenzó a vender variedades de tés para el gusto femenino. Si embargo, el salto lo daría a

Anna Russel, la séptima duquesa de Bedford. Su esposo (Francis Russell, séptimo duque de Bedford) con frecuencia invitaba a sus amigos hombres a reuniones durante el almuerzo para discutir sobre negocios y otros temas políticos mientras disfrutaban de una comida ligera. Como consecuencia, sus esposas tenían que esperar durante horas hasta que finalizada la reunión podían retirarse para cenar.

La Duquesa solía quejarse de ataques de hambre a mitad de la tarde, acompañados de “una sensación de ahogo” cuando debía esperar por la cena hasta altas horas de la noche. Así que empezó a solicitar le fuesen servidos bocados de pan con mantequilla, pasteles, galletas, y una taza de su amado té Darjeeling aproximadamente a las 4:00 p.m., luego de cierto tiempo empezó a invitar a sus amigas. Al poco tiempo la Reina Victoria se unió a ella y terminó enamorándose de esta idea, tanto así que empezó a solicitar que se le sirviera una “cuppa” (taza de té) acompañada de un pastel. Así, nació oficialmente la tradición del té de la tarde.

Pronto esta tradición se expandió hasta los hogares ajenos a la elite inglesa y las familias de clase media de Inglaterra empezaron a disfrutar de un paseo alrededor del vecindario luego de una taza de té, pasteles y bocadillos.

El "Tea Time "nació como un espacio de sociabilidad femenina para todas las clases sociales, mas tarde se sumaron los varones.

El ritual, los utensilios, los sabores remiten a las mujeres y a una mirada estereotipada sobre la sensibilidad necesaria para disfrutar de esta bebida.

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